José Gregorio Hernández: El Venerable
Llamado por sus devotos "el médico de los pobres" profesión
que desempeñó por más de treinta años. Además de haber sido médico,
profesor universitario, prominente científico y cristiano ejemplar, adquirió
también conocimientos avanzados en varios idiomas, literatura y poesía, artes
y música. Nace en Isnotú pequeño pueblo del Estado Trujillo en las elevadas
montañas de Los Andes venezolanos.
Corre el año de 1.864, el día 24 de Octubre llega al mundo el segundo hijo del
matrimonio conformado por Benigno Hernández
Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros Mansilla a quien ponen por nombre José
Gregorio. Su madre muere muy joven no sin antes dejar a los hijos mayores sus
valiosas enseñanzas sobré la fe cristiana, así queda huérfano de madre a la
edad de ocho años. Su padre contrae nuevas nupcias con doña Hercilia Escalona
y luego de morir su primogénita hermana pasa a ser el hijo mayor de un total de
11 procreados en ambos matrimonios.
Don Benigno decide enviar a la capital a José Gregorio para que pudiera
continuar sus estudios, termina entonces su primaria y cursa su secundaria en el
internado del Colegio Villegas, uno de los mejores de Caracas para la época. L
os directivos del colegio siempre lo distinguieron con medallas por aplicación
y buena conducta y es allí donde inicia sus cursos de piano llegando a dominar
este instrumento con suficiente habilidad.
Termina brillantemente su Bachillerato en 1.882 dedicándose por tanto a
prepararse para ingresar a la Universidad de Caracas en la carrera de Medicina (
por insinuación de su padre, pero que posteriormente descubre como su verdadera
vocación) profesión que carecía de suficientes profesionales.
Al comienzo de su tercer año en la universidad contrae la enfermedad del tifus
que por poco lo conduce a la muerte. Hace una fraterna amistad con su compañero
Santos Dominici permitiéndole tener acceso a importante bibliografía
actualizada en la biblioteca que éste poseía.
José Gregorio pasa los seis años de sus estudios universitarios trabajando en
sus ratos libres como profesor de clases particulares. Comienza la lucha por la
incompatibilidad, para ese entonces, entre la ciencia y la religión
puesto que era moda la influencia del ateísmo y no había congruencia entre
ellas, no obstante, él poseía una fuerte convicción de su relación con Dios
y con sus semejantes y ni sus profesores, ni sus condiscípulos lograron que se
apartase de su fe católica.
Al fin el 29 de Julio de 1.888 obtiene el título de Doctor en Medicina de manos
del padre de su amigo Santos quien fungía como Rector de la universidad donde
estudiaba, la tesis de grado presentada constituyó un novedoso avance en
materia científica sobre las enfermedades bacterianas.
Una vez graduado regresa a su pueblo a
ejercer, pero, sus oficios fueron prontamente requeridos por las máximas
autoridades gubernamentales del país y en 1.889 el gobierno de Rojas Paúl lo
envía a Europa a continuar sus estudios ya que requerían de un joven médico
destacado para prepararlo en las más modernas ramas de la medicina, con el fin
de posteriormente enseñarlas en la universidad y crear un centro de salud
especializado.
Viaja a París a cursar estudios especiales de Microscopía, Bacteriología,
Histología, Patología y Fisiología Experimental. En dicha ciudad aprovecha su
permanencia para hacer contacto con
eminentes médicos rechazando oportunidades de asistir a lugares de diversión
que ponían en peligro su virtud de castidad impuesta por sí mismo. Allí
cumple con sus deberes cristianos asistiendo a la Basílica del Sagrado Corazón.
Vuelve a Venezuela en 1.891 trayendo consigo un equipo similar al utilizado en sus estudios de especialización para el
Hospital Vargas y el primer microscopio que se conoce en el país, funda las cátedras
correspondientes a su especialidad y el Laboratorio de Bacteriología y Fisiología
Experimental en la Universidad de Caracas. En estos cargos permaneció el resto
de su vida, junto a su labor privada en medio de los pobres, a quienes atendía
en forma gratuita suministrándoles muchas veces el dinero para la compra de los
medicamentos.
Parte en 1.908 hacia el convento de clausura franciscano La Cortuja de la
Farnetta (Italia), puesto que quiso servir a Dios haciéndose fraile, a pesar de
tener que dejar atrás su gran prestigio como médico y profesor. Recibe el hábito
de la Orden dando comienzo a su noviciado con el nombre de Fray Marcelo. En el
monasterio permanece diez meses debido a que por problemas de salud y la poca
adaptación al clima itálico, unido a la torpeza en la realización de labores
prácticas, sus superiores le aconsejan regresar de nuevo a su patria.
Intenta seguir a Dios a través del sacerdocio, se dirige entonces al Arzobispo
de la ciudad con el propósito de ingresar al Seminario, pero una vez más
reconoce que no es ese el camino trazado por el Señor para su persona ya que su
misión es en la calle sanando enfermos en particular a los pobres.
De seglar ejerciendo su profesión sólo dura cuatro años más, puesto que
efectúa un último intento con su ingreso al Seminario Pío Latinoamericano en
Roma, cuestión que logra por unos meses. Se le presenta una terrible afección
pulmonar y su estado de salud de nuevo le obligan a regresar a Caracas.
Continúa con su profesión y el día 29 de Junio de 1.919 muere por
arrollamiento de automóvil. Toda la sociedad de la capital: ricos y pobres,
mujeres y hombres, jóvenes y ancianos se vieron consternados motivado a este trágico
suceso. Sus restos fueron sepultados en el Cementerio General del Sur, hoy día
descansan en la Iglesia de La Candelaria.
El proceso de investigación de su obra, vida y milagros aún se desarrolla, sin
embargo, la Congregación para la Causa de los Santos le otorgó la denominación
de Venerable. La causa por su beatificación se encuentra en estos
momentos bastante adelantada. Su casa natal fue convertida en museo y sitio de
veneración.